Cuando el viernes por la tarde mi amigo me avisó que tenía entradas para ir a ver a la selección contra paraguay se me prendió la llamita y acepte enseguida. Realmente no tenia ganas de ir a sacar una entrada haciendo una cola terrible bajo la lluvia o pagar mas de 70 pesos una platea, cosa que ya he hecho en eliminatorias anteriores, pero como venia de arriba ahí nomás dije vamos.
En realidad, ya no me ilusiona ver a la Selección. Que se yo, será que me hice más fanático de mi equipo o tal vez serán las demasiadas desilusiones que viví con esas finales perdidas o con esos partidos donde el equipo tiene que poner todo y demostrar porque llego ahí y se “levantan en un mal día y Brasil nos gana bien”. Digo esto y ya empiezo a imaginar el final de esta nota. Pero para esto falta, así que seguí leyendo.
Decía que ya no me ilusiona ver a la selección, pero esta vez algo me prendió y tenia ganas de ver a Messi (nunca lo había visto jugar en vivo en la cancha), a Tevez, a Mascherano, y hasta ahí llegamos. Encima enfrentaba a un equipo duro, metedor y siempre complicado como Paraguay, que por algo esta primero en la tabla y tiene en el banco a un técnico trabajador como Gerardo Martino. Así que después del trabajo me iba a la cancha de River.
Mi sábado empezó a las 5 de la mañana yendo a trabajar bajo la lluvia fría de septiembre, la noche anterior había preparado la mochila con muchas bolsas por las dudas que las precipitaciones continuaran durante la tarde, también puse en esta una camiseta de Argentina y mi bandera, la misma que me acompañaba en esas eliminatorias ya nombradas anteriormente. Mientras pasaban las horas en el trabajo hablaba con un compañero y me decía: “yo sólo por mi equipo (el mismo que el mío) me como este frío en la cancha”, pero bueno me había comprometido con mi amigo y no daba para dejarlo pagando, aunque la llamita seguía encendida.
Pasaba el tiempo y la llovizna no aflojaba. Así se hicieron las 14 y después de un tostado y una de gaseosa arranqué mi camino hacia el Monumental de Núñez.
Me tomé el subte en Callao y Córdoba, ahí empecé a ver alguna camiseta argentina debajo de las camperas de abrigo. También noté muchas chicas con sus novios y chicos chiquitos acompañados de hermanos o padres, en si el típico público de la selección, acrecentado seguramente por la medalla de Oro lograda en Beijing. Por lo que llegué a escuchar, la gente estaba ilusionada con ver a Messi y compañía.
Cuando bajé en Congreso de Tucumán, seguía la llovizna y ahí empecé a sentir el frío de la tarde. La gente caminaba toda emponchada debajo de esas gotas finitas que se clavaban como una aguja y que no quería parar, ayudadas por el típico viento del río. Yo seguía con ese frío que a esa altura ya un poco molestaba.
Ya en la cancha, a una hora del comienzo del partido y sentado en la platea me di cuenta porque la selección ya no me ilusionaba. No estaban mis amigos, con los que comparto la tribuna domingo a domingo y eso es lo que hace la diferencia. Entonces me propuse una cosa, mirar las actitudes, gestos, maneras, modos y costumbres que tiene el público que va a ver a la selección. Me di cuenta que son muy distintas a las que estoy acostumbrado a ver. La gente de la selección es mas fría, no siente lo mismo que la que sigue a su equipo, por eso debe ser que yo tambien me sentía frío, mas allá de los pocos grados que hacia en ese momento.
Pasaron los himnos y sonó el silbato del árbitro brasilero. El partido comenzó muy trabado. Por el lado de argentina, Tevez era mas garra que fútbol, Messi aparecía con destellos de su habilidad, Mascherano se movía en el centro de la cancha y después lo mismos de siempre: Zanetti chocando, Cambiasso intrascendente, Riquelme tocando para atrás cuando el pase era hacia adelante. Di Maria se abría sobre la izquierda para recibir juego, pero Heinze en vez pasarla se la alcanzaba al pie y así los jugadores paraguayos podían marcarlo y quitarle espacio. ¿Qué hacia paraguay? Esperaba con mucha gente en el medio y saliendo de contra. Así de sencillo.
Pasaban los minutos y no pasaba nada en el campo de juego. La gente se levanto con un tiro libre de Román en el travesaño y nada más. En las tribunas el frío se sentía cada vez más. Como si esto fuera poco llega el gol de Paraguay. Una pelota hacia atrás, Heinze que quiere alcanzársela de cabeza al “Pato” Abbondanzieri y gol en contra. Balde de agua helada como la tarde de Núñez. Pero según dicen no hay mal que por bien no venga. En esa jugada se lesiona el arquero de la selección, no es que me ponga contento por esto, pero creo que es el momento de probar con sangre nueva y si no era de esta manera, como. Para seguir congelando la tarde nublada y gris, Carlitos Tevez se manda una chambonada y se va expulsado. Todo en contra, con 10 jugadores y abajo en el marcador ahí me hice una pregunta “¿para que vine? si en casa, calentito y e el sillón estaría mejor…”
El partido sigue y como decían Pity y sus Viejas Locas, todo sigue igual. Riquelme no aparece, Messi busca su lugar pero nada, Cambiasso como siempre corre en vano, Zanetti choca con cuanto paraguayo se le cruce en su carrera y nada más. Ah si algo más paso, entró Carrizo por el lesionado Abbondanzieri. Era hora que el ex Boca deje el arco de la selección ya que no llegará al Mundial que viene, pero el DT argentino eso se ve que no lo sabe.
Se termina el primer tiempo y los jugadores se van con la cabeza baja, la gente la despide con un silencio que duele.
Para el segundo tiempo hay dos cambios, afuera Heinze (dicen que hubo una fuerte discusión con Basile en el vestuario) y Di Maria, este ultimo pagò el precio de su primer partido en la Mayor, entran Daniel Díaz y Sergio Agüero. La formación de argentina queda con tres defensores (Coloccini, Demichelis y Díaz); tres mediocampistas (Zanetti, Mascherano, Cambiasso); Riquelme como enganche con Messi y arriba sólo “Kun” Agüero.
Argentina tenia la pelota y Paraguay esperaba, algo que me sorprendió mucho ya que los visitantes con un jugador mas en la cancha tenían la posibilidad histórica de ganar en el Monumental. Pero las individualidades de Argentina marcan las diferencias y así llegó el gol del empate. Messi arrancó en el medio, tocò para Riquelme que la devolvió de primera para “la Pulga”, este con un pase en cortada dejó a “Kun” mano a mano con el arquero paraguayo y el jugador del Atlético Madrid, con gran categoría, definió cruzado. Desde ese momento Argentina tuvo algunas situaciones para definir el partido pero no las pudo concretar. El equipo de Martino se metió atrás y sólo intentaba armar alguna contra para crear peligro contra el arco de Carrizo que tapó muy bien la única llegada de los guaraníes, un cabezazo muy esquinado que envió al corner.
Cuando el juez pitó el final la gente se fue rápido despidiendo al equipo con una contundente indiferencia, algo que se ve sólo en la gente que sigue a la selección, ya que el equipo nacional hace cuatro partidos que no gana y eso en cualquier club es motivo de cuestionamiento hacia el director técnico y jugadores.
Me volví a mi casa y la pregunta que me había echo antes se me volvió a cruzar por la cabeza. Desde ese momento empecé a pensar estas líneas, y me di cuenta que debía ir a ver a la selección una vez mas para poder tener un nuevo motivo para desilusionarme, para reforzar mis pensamientos sobre algunos jugadores que cumplieron un ciclo con la camiseta albiceleste.
En la semana Alfio Basile y algunos jugadores habían declarado que el Monumental era frío, que debían cambiar el estadio donde juega la selección. Ahora mi pregunta es la siguiente: antes de hablar de la temperatura del estadio ¿no seria mejor contagiar esa temperatura desde el verde césped?, ¿no seria bueno poner jugadores con sangre joven que tengan ese fuego interior?...
Hay jugadores, hay nombres, hay estrellas de los mejores equipos del mundo, falta un equipo, faltan sociedades… voy a empezar de atrás hacia delante, como se forman los grandes equipos. En el arco no hay dudas que comienza la era Carrizo, antes de su lesión el Pato Abbondanzieri planeaba su retiro de la selección ahora es el momento del ex River y de muchos arqueros que jovenes... Zanetti gracias por todo, pero es el momento de analizar variantes y Zabaleta es la opción por el lateral derecho. Los centrales cumplieron y no hay problemas en ese sector. Heinze cometió otro error de esos que no se olvidan y en ese lugar de la cancha menos. ¿Hay jugadores en ese puesto? Monzón y Emiliano Insua se me vienen a la mente, aunque son jóvenes ¿porque no probar?
El medio de la cancha creo que tiene dueños, Mascherano y Gago indiscutidos. Battaglia esta siempre en buen nivel. Cambiasso es otro de los que tiene más en el debe que en el haber. Y esto lo hace prescindible de sus servicios.
El caso Riquelme-Messi es muy complicado. El de Boca tiene velocidad mental, el del Barça física y hoy la selección necesita la velocidad del "Pulga". Basile tendrá que acomodar a Román en relación a Messi, aunque a Lionel le cueste ser líder de grupo deberá serlo.
Otra de las cuestiones son los delanteros de área, ya no están Bati y Crespo y eso se extraña. Es la hora de Cavenaghi, Denis, Lisandro López, se necesita un jugador que aguante la pelota de espaldas al arco, que luche contra los defensores las pelotas aéreas. Tevez y Agüero son delanteros, definen, meten goles pero no son nueve-nueve.
Ahora es el momento del análisis de cara a lo que viene para la selección. Descartemos la clasificación al Mundial de 2010, ya que con este sistema de eliminatorias los equipos grandes del continente tienen el pasaje asegurado, así que eso es un problema menos.
Esto es lo que me dejó el partido. Más dudas que certezas. Quedará en Basile y su cuerpo técnico analizar a los jugadores para los próximos partidos y empezar a trabajar en un proyecto a largo plazo para que la selección vuelva a enamorarme, a encenderme ese llamita que hasta el sábado tenia en piloto y que con el frío que me generó el equipo se me apagó, dejándome en una sensación térmica de muchos grados bajo cero.
En realidad, ya no me ilusiona ver a la Selección. Que se yo, será que me hice más fanático de mi equipo o tal vez serán las demasiadas desilusiones que viví con esas finales perdidas o con esos partidos donde el equipo tiene que poner todo y demostrar porque llego ahí y se “levantan en un mal día y Brasil nos gana bien”. Digo esto y ya empiezo a imaginar el final de esta nota. Pero para esto falta, así que seguí leyendo.
Decía que ya no me ilusiona ver a la selección, pero esta vez algo me prendió y tenia ganas de ver a Messi (nunca lo había visto jugar en vivo en la cancha), a Tevez, a Mascherano, y hasta ahí llegamos. Encima enfrentaba a un equipo duro, metedor y siempre complicado como Paraguay, que por algo esta primero en la tabla y tiene en el banco a un técnico trabajador como Gerardo Martino. Así que después del trabajo me iba a la cancha de River.
Mi sábado empezó a las 5 de la mañana yendo a trabajar bajo la lluvia fría de septiembre, la noche anterior había preparado la mochila con muchas bolsas por las dudas que las precipitaciones continuaran durante la tarde, también puse en esta una camiseta de Argentina y mi bandera, la misma que me acompañaba en esas eliminatorias ya nombradas anteriormente. Mientras pasaban las horas en el trabajo hablaba con un compañero y me decía: “yo sólo por mi equipo (el mismo que el mío) me como este frío en la cancha”, pero bueno me había comprometido con mi amigo y no daba para dejarlo pagando, aunque la llamita seguía encendida.
Pasaba el tiempo y la llovizna no aflojaba. Así se hicieron las 14 y después de un tostado y una de gaseosa arranqué mi camino hacia el Monumental de Núñez.
Me tomé el subte en Callao y Córdoba, ahí empecé a ver alguna camiseta argentina debajo de las camperas de abrigo. También noté muchas chicas con sus novios y chicos chiquitos acompañados de hermanos o padres, en si el típico público de la selección, acrecentado seguramente por la medalla de Oro lograda en Beijing. Por lo que llegué a escuchar, la gente estaba ilusionada con ver a Messi y compañía.
Cuando bajé en Congreso de Tucumán, seguía la llovizna y ahí empecé a sentir el frío de la tarde. La gente caminaba toda emponchada debajo de esas gotas finitas que se clavaban como una aguja y que no quería parar, ayudadas por el típico viento del río. Yo seguía con ese frío que a esa altura ya un poco molestaba.
Ya en la cancha, a una hora del comienzo del partido y sentado en la platea me di cuenta porque la selección ya no me ilusionaba. No estaban mis amigos, con los que comparto la tribuna domingo a domingo y eso es lo que hace la diferencia. Entonces me propuse una cosa, mirar las actitudes, gestos, maneras, modos y costumbres que tiene el público que va a ver a la selección. Me di cuenta que son muy distintas a las que estoy acostumbrado a ver. La gente de la selección es mas fría, no siente lo mismo que la que sigue a su equipo, por eso debe ser que yo tambien me sentía frío, mas allá de los pocos grados que hacia en ese momento.
Pasaron los himnos y sonó el silbato del árbitro brasilero. El partido comenzó muy trabado. Por el lado de argentina, Tevez era mas garra que fútbol, Messi aparecía con destellos de su habilidad, Mascherano se movía en el centro de la cancha y después lo mismos de siempre: Zanetti chocando, Cambiasso intrascendente, Riquelme tocando para atrás cuando el pase era hacia adelante. Di Maria se abría sobre la izquierda para recibir juego, pero Heinze en vez pasarla se la alcanzaba al pie y así los jugadores paraguayos podían marcarlo y quitarle espacio. ¿Qué hacia paraguay? Esperaba con mucha gente en el medio y saliendo de contra. Así de sencillo.
Pasaban los minutos y no pasaba nada en el campo de juego. La gente se levanto con un tiro libre de Román en el travesaño y nada más. En las tribunas el frío se sentía cada vez más. Como si esto fuera poco llega el gol de Paraguay. Una pelota hacia atrás, Heinze que quiere alcanzársela de cabeza al “Pato” Abbondanzieri y gol en contra. Balde de agua helada como la tarde de Núñez. Pero según dicen no hay mal que por bien no venga. En esa jugada se lesiona el arquero de la selección, no es que me ponga contento por esto, pero creo que es el momento de probar con sangre nueva y si no era de esta manera, como. Para seguir congelando la tarde nublada y gris, Carlitos Tevez se manda una chambonada y se va expulsado. Todo en contra, con 10 jugadores y abajo en el marcador ahí me hice una pregunta “¿para que vine? si en casa, calentito y e el sillón estaría mejor…”
El partido sigue y como decían Pity y sus Viejas Locas, todo sigue igual. Riquelme no aparece, Messi busca su lugar pero nada, Cambiasso como siempre corre en vano, Zanetti choca con cuanto paraguayo se le cruce en su carrera y nada más. Ah si algo más paso, entró Carrizo por el lesionado Abbondanzieri. Era hora que el ex Boca deje el arco de la selección ya que no llegará al Mundial que viene, pero el DT argentino eso se ve que no lo sabe.
Se termina el primer tiempo y los jugadores se van con la cabeza baja, la gente la despide con un silencio que duele.
Para el segundo tiempo hay dos cambios, afuera Heinze (dicen que hubo una fuerte discusión con Basile en el vestuario) y Di Maria, este ultimo pagò el precio de su primer partido en la Mayor, entran Daniel Díaz y Sergio Agüero. La formación de argentina queda con tres defensores (Coloccini, Demichelis y Díaz); tres mediocampistas (Zanetti, Mascherano, Cambiasso); Riquelme como enganche con Messi y arriba sólo “Kun” Agüero.
Argentina tenia la pelota y Paraguay esperaba, algo que me sorprendió mucho ya que los visitantes con un jugador mas en la cancha tenían la posibilidad histórica de ganar en el Monumental. Pero las individualidades de Argentina marcan las diferencias y así llegó el gol del empate. Messi arrancó en el medio, tocò para Riquelme que la devolvió de primera para “la Pulga”, este con un pase en cortada dejó a “Kun” mano a mano con el arquero paraguayo y el jugador del Atlético Madrid, con gran categoría, definió cruzado. Desde ese momento Argentina tuvo algunas situaciones para definir el partido pero no las pudo concretar. El equipo de Martino se metió atrás y sólo intentaba armar alguna contra para crear peligro contra el arco de Carrizo que tapó muy bien la única llegada de los guaraníes, un cabezazo muy esquinado que envió al corner.
Cuando el juez pitó el final la gente se fue rápido despidiendo al equipo con una contundente indiferencia, algo que se ve sólo en la gente que sigue a la selección, ya que el equipo nacional hace cuatro partidos que no gana y eso en cualquier club es motivo de cuestionamiento hacia el director técnico y jugadores.
Me volví a mi casa y la pregunta que me había echo antes se me volvió a cruzar por la cabeza. Desde ese momento empecé a pensar estas líneas, y me di cuenta que debía ir a ver a la selección una vez mas para poder tener un nuevo motivo para desilusionarme, para reforzar mis pensamientos sobre algunos jugadores que cumplieron un ciclo con la camiseta albiceleste.
En la semana Alfio Basile y algunos jugadores habían declarado que el Monumental era frío, que debían cambiar el estadio donde juega la selección. Ahora mi pregunta es la siguiente: antes de hablar de la temperatura del estadio ¿no seria mejor contagiar esa temperatura desde el verde césped?, ¿no seria bueno poner jugadores con sangre joven que tengan ese fuego interior?...
Hay jugadores, hay nombres, hay estrellas de los mejores equipos del mundo, falta un equipo, faltan sociedades… voy a empezar de atrás hacia delante, como se forman los grandes equipos. En el arco no hay dudas que comienza la era Carrizo, antes de su lesión el Pato Abbondanzieri planeaba su retiro de la selección ahora es el momento del ex River y de muchos arqueros que jovenes... Zanetti gracias por todo, pero es el momento de analizar variantes y Zabaleta es la opción por el lateral derecho. Los centrales cumplieron y no hay problemas en ese sector. Heinze cometió otro error de esos que no se olvidan y en ese lugar de la cancha menos. ¿Hay jugadores en ese puesto? Monzón y Emiliano Insua se me vienen a la mente, aunque son jóvenes ¿porque no probar?
El medio de la cancha creo que tiene dueños, Mascherano y Gago indiscutidos. Battaglia esta siempre en buen nivel. Cambiasso es otro de los que tiene más en el debe que en el haber. Y esto lo hace prescindible de sus servicios.
El caso Riquelme-Messi es muy complicado. El de Boca tiene velocidad mental, el del Barça física y hoy la selección necesita la velocidad del "Pulga". Basile tendrá que acomodar a Román en relación a Messi, aunque a Lionel le cueste ser líder de grupo deberá serlo.
Otra de las cuestiones son los delanteros de área, ya no están Bati y Crespo y eso se extraña. Es la hora de Cavenaghi, Denis, Lisandro López, se necesita un jugador que aguante la pelota de espaldas al arco, que luche contra los defensores las pelotas aéreas. Tevez y Agüero son delanteros, definen, meten goles pero no son nueve-nueve.
Ahora es el momento del análisis de cara a lo que viene para la selección. Descartemos la clasificación al Mundial de 2010, ya que con este sistema de eliminatorias los equipos grandes del continente tienen el pasaje asegurado, así que eso es un problema menos.
Esto es lo que me dejó el partido. Más dudas que certezas. Quedará en Basile y su cuerpo técnico analizar a los jugadores para los próximos partidos y empezar a trabajar en un proyecto a largo plazo para que la selección vuelva a enamorarme, a encenderme ese llamita que hasta el sábado tenia en piloto y que con el frío que me generó el equipo se me apagó, dejándome en una sensación térmica de muchos grados bajo cero.
1 comentario:
Muy buena nota guille!! A mi me pasa algo similar con la seleccion. Me genera mucha inderencia, lo miro porque no hay otra cosa para mirar, pero te aseguro que me divierto mas mirando alguna peli con unos buenos pochoclos. Creo que hay que sacar a algunos historicos que ya no dan para mas, es el caso de Zanetti, Cambiasso y Heinze. Ni hablar de Cruz y Crespo, aunque no esten siendo convocados, aclaro por las dudas que no quiero volver a verlos. Necesitamos la renovación generacional de una vez por todas... Ojala sea pronto
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